Velódromo de Horta

El Velódromo de Barcelona fue la primera construcción de una instalación deportiva de cierta envergadura orientada a la consecución de la XXV Olimpiada para la ciudad. Obra de los arquitectos Esteve Bonell y Francesc Rius, se inauguró en 1984, coincidiendo con la celebración de un campeonato mundial de ciclismo que tuvo lugar en Barcelona. Siendo de nueva construcción, se convirtió en el primer velódromo estandarizado con la nueva normativa de la Federación Internacional de Ciclismo Amateur, que había diseñado el histórico experto de esta modalidad, el alemán Herbert Schurman. El edificio tiene una capacidad para 3.800 espectadores, cantidad exacta para que todos los asistentes puedan disfrutar de una visibilidad óptima. Esta característica, entre otras, fue uno de los motivos por los cuales se adjudicó un premio FAD a su diseño en 1985.

Tras varias remodelaciones, además de la pista de madera para la práctica ciclista, el Velódromo contiene una pista de Fútbol 7 de césped artificial, dos pistas de Fútbol Sala, un pabellón de baloncesto, cuatro salas polivalentes, dieciséis vestuarios, parking para 2.000 vehículos, además de un restaurante y un conjunto de oficinas. Más allá de sus usos deportivos varios, el Velódromo también es escenario habitual de grandes eventos musicales y teatrales.